Deja el trabajo y se pone a mendigar porque dice que así gana más
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Un empleado de una conocida empresa del sector de las telecomunicaciones decidió dejar su puesto en el que llevaba prestando servicio desde hacía treinta años, tras llegar a la determinación de que pidiendo limosna en la puerta de una iglesia ganaba más dinero.
La historia ha tenido lugar en Barcelona. El exempleado, con una licenciatura de cinco años en Derecho y una dilatada experiencia en varias firmas de gran prestigio, presentó su dimisión el día después de descubrir que en la puerta de una iglesia obtenía más ingresos. El hombre se había quedado dormido la tarde anterior en uno de los accesos al templo y al despertar comprobó que los transeúntes le habían dejado varios euros tras confundirlo con un indigente. «Los conté y eran ocho o nueve, más de lo que me pagan a mí la hora». Decidió entonces invertir el dinero en comprar un rotulador permanente y fabricar un cartel pidiendo la voluntad.
El hombre reconoce que diariamente gana más del doble que antes y además, no tiene que aguantar jefes ni malas caras. «Mi mujer está muy contenta – reconocía -, pues ahora no ha de plancharme el traje, sino todo lo contrario, cuanto más cochambroso, mejor».