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Esta curiosa situación se vivió ayer en el barrio de Vallecas, una joven acudió a Urgencias en su centro de salud solicitando la pastilla del día después porque había comido ese día rabo de toro y no quería sustos.
La educación sexual sigue siendo una asignatura pendiente en muchos de nuestros paisanos, en este caso es alarmantemente preocupante ya que la joven en cuestión ni siquiera había mantenido relaciones sexuales «acudió para pedir la píldora y cuando nos contó su historia nos quedamos bastante sorprendidos, no había realizado sexo pero había ingerido rabo de toro y tenía el miedo de que tuviese restos de semen que pudieran llegar de algún modo a su útero y fecundarla».
La joven, avergonzada, ha declarado que «ahora me doy cuenta de mi error, una vez me lo han explicado, pero yo que sé, comí una ración bastante grande de rabo y tras darme cuenta de que estoy en mis días fértiles me asusté y preferí prevenir». Desde el restaurante en cuestión también han querido aclarar el tema «es ridículo lo mires por donde lo mires, el rabo de toro es eso, el rabo, no el pene, es que no tiene ni pies ni cabeza».
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