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Una joven sevillana acudió el pasado sábado a la unidad de urgencias del Hospital Virgen Macarena porque, al parecer, sufría quemaduras en el ano después de haber practicado sexo anal durante casi seis horas.
La mujer acudió por su propio pie y acompañada de su padre que tuvo que ser ingresado al sufrir una crisis de ansiedad. Una de las enfermeras explicaba que creían que se trataba de unos vendedores de productos congelados: «La chica llevaba una bolsa de guisantes congelados en el ano que luego supimos que era para aliviar la quemazón. El padre no hacía más que decirle que era una pecadora». La paciente aseguraba que le salía humo del ano, pues reconoció haber estado practicando sexo anal durante seis horas.
Tras una primera exploración los médicos descartaron que sufriera heridas graves, de modo que fue dada de alta. Al parecer, el padre de la joven no quedó contento con el diagnóstico ni con la actuación médica: «Mi niña se llevó un susto de muerte. Cuando entramos diciendo que le salía humo del ano uno de los médicos, el más novato, la tiró de espaldas a la cama y cogió un extintor. Si no lo paramos le echa el polvo encima. El del extintor, claro».
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