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Los padres de un colegio de Educación Infantil de Asturias han puesto en conocimiento de la Consejería de Educación que hay unos padres que se niegan a quitar los piojos a su hija, debido a sus firmes convicciones animalistas.
Parece ser que hace unas semanas se observó una epidemia de estos molestos parásitos entre los alumnos de una clase, algo que se puso en conocimiento de todos los padres para que tomaran medidas de prevención y tratamiento con sus hijos. Todos hicieron casos de la medida, menos los padres de una pequeña, animalistas activistas que inmediatamente se mostraron contrarios a «eliminar cualquier tipo de vida animal».
«Pensamos que los piojos son seres vivos, como usted y como yo, por lo que no somos nadie para decidir sobre si deben o no deben vivir», nos comenta el padre. Por su parte, la madre afirma haber tomado otro tipo de medidas. «Le ponemos un peluche sucio al lado para dormir, para que los piojos que quieran cambien un hábitat por otro. Si esto no funciona, estamos pensando en cortarle el pelo a la niña, y criarlos en algún entorno controlado».
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