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A medida que avanza la vida, el reino animal y sobre todo las mascotas, han adquirido un mayor respeto en la sociedad, estando más protegidos legalmente en cuanto al maltrato y abandono.
Pero una cosa es el maltrato o vejación y otra es la ridiculez de penar el exterminio de insectos. Así lo ha logrado una asociación animalista esta semana, consiguiendo tras años de pataleo judicial que se prohíba terminantemente el uso de trampas o artilugios para erradicar insectos. «Todos hemos visto cintas de pegamento colgadas del techo para acabar con moscas y mosquitos al igual que esas lamparitas de luz ultravioleta que atrae a insectos voladores y los fríe literalmente, son como la silla eléctrica para las personas, horrible, por fin desapareceran» comentaba ante los Medios la portavoz de esta asociación. Todavía no se ha pronunciado a este respecto el gremio de la hostelería, siendo este sector el que más necesita de estos artilugios para salvaguardar la imagen del establecimiento.
«Cuanta tontería tenemos encima, después de esto… ¿Qué será? Proteger a los piojos y a las ladillas?» Se quejaba el dueño de un bar tras ser obligado a retirar la «lámpara de la muerte»
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