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Los servicios sanitarios reciben a diario llamadas de emergencia requiriendo la presencia de una ambulancia, aunque a veces sean falsas alarmas como fue ayer el caso de una mujer onubense de 41 años que solicitó una alegando que se le estaban pudriendo las tripas y finalmente resultó ser que había comido calamares en su tinta el día anterior.
La mujer, un poco hipocondríaca según nos ha asegurado su pareja, fue al baño como todos los días y «me asusté muchísimo, al limpiarme estaba todo negro, miré el zurullo y más de lo mismo, pensaba que me estaba muriendo por dentro y llamé urgentemente a un ambulancia desesperada». Al llegar el equipo médico le calmaron y le explicaron lo sucedido.
«Vimos las heces y lo primero que hicimos es preguntarle que había comido el día anterior, al responder ella misma se dio cuenta del error y se puso roja de vergüenza» comentó el conductor. La mujer se ha disculpado por su inocencia y ha declarado que «no me había atrevido nunca a comer tinta, me daba asco, pero ayer me lancé y hoy ya no me acordaba, voy a tener que dejar de leer tantos artículos sobre enfermedades por Internet».
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