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En España, la conducción por carretera está cada vez más controlada, la DGT se ampara que las medidas que se toman en cuanto a controles y limitaciones de velocidad tiene como objetivo la disminución de accidentes, pero los conductores solo ven afán recaudatorio.
Lo que no se esperaba un funcionario de la propia DGT es que tras rebasar un radar camuflado, le diera el alto una patrulla motorizada del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil, informándole de la velocidad a la que circulaba. «Ya, he pasado a 180 porque yo trabajo en las oficinas de la DGT y de vez en cuando me gusta probar los radares a ver si funcionan bien, para ganar dinerito, que luego para las pagas dobles viene muy bien».
Parece ser que a pesar de las infundadas alegaciones del conductor, los agentes echaron unas risas por su capacidad de improvisación haciendo entrega de boletines de denuncia e informándole de los puntos a detraer.
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