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En la tarde de ayer, una patrulla de la Policía Local de Sevilla ha precintado un bar en el populoso barrio de Triana por servir botellines de Cruzcampo rellenos con cerveza Mahou. El dueño del negocio se enfrenta a una multa económica importante.
Los agentes, además, se incautaron del material necesario para el relleno y sellado de los botellines, así como de varias cajas de cerveza Mahou. El hostelero ha reconocido los hechos, y declara que se vio arrastrado a ello al cambiar de proveedor cervecero.
«Abrí el bar con Mahou, y no vendía ni un botellín. Me tuve que cambiar a Cruzcampo, y luego pensé que podía aprovechar todo el género que tenía en el almacén si lo cambiaba de envase», confesó. «Lo que hacía era poner la Mahou a gente que llevaba ya unos cuantos de botellines bebidos, y también a los que pedían las tapas con el sabor más fuerte: montadito de roquefort, chorizo picante,…», nos explica. Aunque puede parecer un método bueno, tenía sus lagunas. La denuncia la interpuso un vecino que llegó tarde, y cogió un botellín del cubo de sus amigos, que ya estaban «contentillos» y no notaban el cambiazo.
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