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El puticlub santanderino Mar de Amores ha sido clausurado temporalmente tras descubrirse que durante la celebración de Carnaval todas las prostitutas habían realizado su trabajo disfrazadas de monjas.
Al parecer no es el primer año en el que las prostitutas de dicho puticlub celebran Carnaval disfrazándose para la ocasión, el dueño es un canario que adora esta fiesta y cada año quiere sorprender a sus clientes con un tema diferente «ya he ambientado el puticlub del cuento de Caperucita Roja, de Infierno e incluso de comisaría de Policía, pero este año, como suele decirse, con la Iglesia hemos topado, el tema del convento nos ha traído problemas».
Según parece llegaron fotos de las prostitutas disfrazadas a las más altas esferas eclesiásticas y, tras alertar a las autoridades, consiguieron clausurar el negocio. El dueño indignado se justifica alegando que muchas jóvenes compran disfraces de monjas y nunca ha pasado nada «si tan grave es, ¿por qué los venden en las tiendas? lo que de verdad debería de preocupar a la gente es como se ha enterado la Iglesia de esto, se ve que algunas ovejas del rebaño frecuentan este tipo de locales».
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