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La Consejería de Sanidad de Madrid ha resuelto un expediente con la clausura de un bar de la ciudad por un delito contra la salud pública. El expediente se inició por la denuncia de un cliente al que al terminar la comida, le fue ofrecido un chupito de lo que el propietario del establecimiento denominó como «licor glass».
Lo que el cliente desconocía era que el líquido que consumió se trataba en realidad de limpiacristales, concretamente de la marca Cristasol. A los pocos minutos de aceptar el detalle del refrigerio, el consumidor se sintió indispuesto y se dirigió a un centro clínico. Allí le realizaron un lavado de estómago y descubrieron la naturaleza del «licor glass». El paciente informó a la policía que se personó en el local y se incautó de dos garrafas de limpiacristales que, al parecer, el dueño del bar llevaba varias semanas ofreciendo a sus clientes.
El propietario fue detenido por un delito contra la salud pública y en su declaración alegó que si llamaba glass a aquella bebida era por algo. «Yo los aviso pero no tengo la culpa de que seamos un país de borregos que no sepa idiomas. Seguro que cuando oiga ‘glass’ no se le olvidará el significado».
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