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Este fin de semana se vivió esta curiosa situación durante una boda celebrada en la localidad de Lugo en la que el propio cura paró la ceremonia para declarar su amor a la novia.
La boda transcurría con total normalidad, los muchos asistentes estaban embelesados con las palabras del sacerdote y la música coral, hasta que llegó el momento del famoso «que hable ahora o calle para siempre». Y para sorpresa de todos, el que habló fue el propio cura, en primer lugar se disculpó por lo raro de la situación pero explicó que durante las clases matrimoniales se había enamorado perdidamente de la novia y que estaba dispuesto a dejarlo todo por ella.
Los novios, atónitos ante tal declaración, decidieron hacer como si de una broma se tratase y darle pie a seguir con la ceremonia, pero el cura se negó, confirmo que su amor era real y que no era capaz de terminar el casamiento porque su corazón se lo impedía, así que se suspendió la ceremonia.
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