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El pasado fin de semana, durante un control rutinario a la salida de un pueblo de Jaén, tuvo lugar una curiosa situación, un conductor invitó a tomarse un trago a los agentes tras haber dado negativo.
Los agentes se quedaron bastante sorprendidos con la reacción de este conductor «cuando el alcoholímetro marcó 0,0 se puso muy contento, salió del coche, empezó a dar saltos y fue entonces cuando nos hizo la curiosa propuesta». Al parecer era la primera vez que le hacían un control y daba negativo «llevaba ya 4 positivos en los últimos años y tenía muchas ganas de superar la prueba, al menos una vez en mi vida», así que tras dar negativo le embargó la alegría.
Era tal su pletórico estado que se animo a invitar a un trago a los agentes «tenía ganas de celebrarlo y cerca de la rotonda donde estábamos hay un bar muy apañado, como no me gusta beber solo animé a los agentes a acompañarme». Uno de los agentes ha confesado que «la oferta sonaba bien, pero no podemos beber de servicio, así que nos dijo que esperaría al final de nuestro turno y no pudimos decirle que no, eso si, él lo celebró tanto que tuvimos que acabar llevándolo a casa».
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