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Un vecino de la localidad tarraconense de Reus resultó multado cuando dejó el otro día mal aparcado el coche en un paso de peatones. Hasta aquí puede parecer que no es una noticia digna de salir en prensa, pero lo que viene después sí es digno de salir en las páginas de sucesos, o incluso de inspirar alguna película.
Cuando un miembro de la Guardia Urbana se encontraba depositando el resguardo de la multa en el limpiaparabrisas, un ciudadano apareció de repente y empezó a recriminar a los agentes que no llamaran a la grúa. Mientras los policías intentaban convencerlo de que no procedía retirar el coche con la grúa, al no dificultar la circulación, desde el vehículo empezaron a escucharse voces, resultando ser de una anciana que identificó al hombre que pedía la presencia de la grúa como su yerno. Ante todo esto, se procedió a la detención del individuo por retención ilegal.
«Yo sólo quería que me dejara ver tranquilo el fútbol un día. En cuanto terminara el partido, tenía pensado pasarme por el depósito a recoger el coche. Con suerte, seguía dormida y no se daba cuenta nadie», declaró a los agentes el denunciado.
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