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El vergonzoso equívoco ha tenido lugar en una frutería del sevillano barrio de Triana, la frutera vio un bulto demasiado grande en el pantalón de uno de sus clientes y convencida de que se trataba de un robo y que era un calabacín decidió agarrárselo acabando llevándose una buena sorpresa.
La frutera detectó un bulto enorme en el pantalón de un cliente, según ella parecía claramente un calabacín mediano y harta de que la tomen por tonta y le roben en sus narices decidió actuar. Ha declarado que «he metido la pata, lo reconozco y pido perdón, pero no creo que sea toda la culpa mía, debería de estar prohibido llevar un pantalón tan ceñido teniendo un miembro de tales dimensiones, y no lo digo solo por confusiones como la mía sino por el bien de su circulación sanguínea».
El joven cliente ha interpuesto una denuncia «la tengo muy gorda y me gusta llevar pitillos, pero eso no es motivo para que me la vayan tocando por la calle, faltaría más, además no me gusta nada que me haya confundido con un ladrón solo por mis pintas».
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