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Un supuesto malentendido ha acabado con un empleado despedido tras acudir a una reunión con su jefe con la nariz manchada de polvo blanco que, según él, era azúcar glass de un pastel.
El joven empleado trabajaba como programador para una multinacional madrileña, la pasada mañana le llamó su jefe de proyecto para revisar unos requisitos técnicos «fui algo nervioso, tiene fama de duro y la verdad que impone bastante». Tras llevar un rato reunidos le comunicó que era vergonzoso su comportamiento y que estaba despedido «desde que entré me miraba muy raro, eso me hizo estar más nervioso todavía, pero no me esperaba tal desenlace».
En su carta de despedido especificaron que había acudido con restos de cocaína en su nariz y que eso era algo imperdonable en una empresa de su categoría «me quedé flipado al leerlo, no he tomado drogas en mi vida y mucho menos cocaína, pero dio por hecho que la consumía para realizar mi trabajo de manera más productiva». Escribió una carta explicando la situación y todavía espera respuesta «les he confirmado que en realidad era azúcar glass de un pastel que me comí antes de la reunión, espero que se lo crean».
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