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Un joven de 35 años ha sido despedido de su trabajo ayer por la tarde después de seguir felicitando el año a sus clientes de forma reiterada. Al parecer, el trabajador habría sido advertido varías veces antes de tomarse la difícil decisión: “Le llevamos avisando desde el día 2 pero ha seguido haciéndolo hasta ayer, incluso a escondidas”.
Pedro, administrativo de una antigua distribuidora de papel, se encarga de hacer los pedidos, albaranes, facturación y el trato con los clientes. Al parecer, fueron estos quienes dieron la voz de alarma a sus jefes cuando todavía a día 15 de enero les seguía felicitando el año: “Es horrible, estaba obsesionado, un día llegó a felicitarme hasta 4 veces”.
Ayer, hartos de su comportamiento, la empresa decidió prescindir de sus servicios, pero Victor lejos de tomárselo mal se marchó felicitando el año a todos sus compañeros.
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