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La policía local de Sevilla ha detenido a un hombre de 54 años acusado de un delito contra la salud pública. El detenido es el propietario de una funeraria y a la vez de un tanatorio en el que, todo parece indicar, se servía carne asada en el horno crematorio de las instalaciones.
La investigación que condujo a su detención se inició después de que una inspección de sanidad constatara que en la cafetería del tanatorio se servía carne de diversa procedencia y, sin embargo, el local carecía de cualquier infraestructura para cocinar la carne. Los agentes hicieron una redada la madrugada del sábado y sorprendieron a un empleado del tanatorio cocinando una parrillada argentina en el horno crematorio. El hombre no parecía ser consciente de la gravedad de la situación, pues ofrecía entre risas «fiambre» a los policías que participaban en la operación y explicaba que allí nunca les faltaba la materia prima.
El empleado y el dueño de la funeraria fueron detenidos en una redada. En la operación la policía pudo determinar que en ocasiones incluso se había elaborado en el susodicho horno, cochinillo o chorizos criollos que más tarde se vendían con éxito en la cafetería.
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