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Los hechos tuvieron lugar el pasado jueves a mitad de mañana cuando en un Hospital de la provincia de Cadiz, el monitor cardiaco de una de las habitaciones empezaba a pitar de forma escandalosa acudiendo de inmediato el equipo médico comprobando que un anciano de 81 años perdía las constantes vitales.
El acompañante, un nieto del afectado, se venía abajo ante lo ocurrido y sollozando decía repetidamente que era su culpa mientras el médico y enfermera trataban de reanimarlo un situ.
Una vez recuperadas las constantes vitales y estabilizado, preguntaron al joven amanerado por los motivos de autoinculparse, manifestando éste… «Ay señor, que arrepentido estoy, quiero muchísimo a mi yayo y todos los días me dice que echa de menos unas gotitas de anís, le prometí que antes de morirse le traería una botellita y tonta de mi que sin pensarlo pues le he abierto la bolsa de suero y le he echado una chorradita, la cara de felicidad le ha durado nada, ay señor cuanto lo siento».
Minutos después, fue detenid@ y puest@ a disposición judicial.
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