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Por norma general la gente suele visitar muy poco el Camposanto, fechas señaladas de algún difunto muy cercano, día de todos los Santos o irremediablemente cuando asistimos a un funeral y entierro.
Así ocurría en la mañana de ayer en un municipio de Logroño cuando, tras celebrar el funeral de un conocido vecino de 69 años de edad, fue trasladado hasta el cementerio en compañía de familiares, amigos, vecinos y conocidos. Parece ser que cuando procedían los funcionarios del cementerio a tabicar el nicho tras haber introducido el féretro, un individuo, mezclado entre la multitud y con dotes de ventrílocuo, dijo… «Socorro, sacadme de aquí, socorro». De inmediato y ante el alboroto creado, los enterradores procedieron de inmediato a quitar los ladrillos y a sacar de nuevo el ataúd hasta el suelo en donde tras abrirlo observaron que había sido una broma tras hablar de nuevo el insensato ventrílocuo.
Dos ambulancias tuvieron que trasladar a la mujer y a la hija del difunto con principios de infarto. El ventrílocuo fue detenido y será presentado esta mañana ante el juez junto con el informe médico de las afectadas.
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