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Los hechos ocurrieron la mañana del pasado domingo cuando la Guardia Civil de Tráfico detuvo a un coche conduciendo de manera extraña en la carretera nacional N-340 en las inmediaciones de la ciudad de Orihuela (Alicante).
La Guardia Civil creyó en un principio que el conductor del vehículo estaba influenciado por los efectos del alcohol, pero para sorpresa de ellos descubrieron al solicitarle la documentación que éste era invidente. El copiloto y dueño del vehículo explicó a los agentes que mientras estaban tomando algo empezó a sentirse mal con un fuerte dolor en el pecho y asustado por la situación pidió a su amigo ciego que le llevara al hospital. “Yo le iba indicando lo que tenía que hacer, cuando acelerar y cuando frenar, y yo mismo movía el volante” explicó el dueño del vehículo.
Los agentes entendieron la urgencia de la situación y no solo no les multó sino que les escoltaron hasta el Hospital Vega Baja donde el copiloto fue atendido. Finalmente todo quedó en un susto ya que lo que el ingresado tenía no eran más que gases.
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