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El pasado domingo la Guardia Civil detuvo en la localidad malagueña de Benalmádena a un total de 4 personas, dos hombres y dos mujeres, por un supuesto delito de estafa tras acumular más de 50 denuncias de turistas que se sentían engañados.
Los detenidos se hacían pasar por una agencia de viajes y contactaban con sus víctimas, normalmente extranjeros, ofreciéndoles un paquete vacacional que incluía, además del alojamiento, diferentes actividades. Una vez que los turistas llegaban a España nada era como esperaban. Los detenidos llegaron a alojar a los turistas en pisos ocupas, con la luz pinchada a una farola y sin agua potable, mientras ellos alegaban que “muchos españoles viven así”. La actividad que más esperaban los turistas realizar era el asistir a una fiesta típica española, pero donde les llevaban era de botellón, dejándoles allí con una bolsa que contenía una cocacola de dos litros, una botella de ron almirante, un cartón devino Don Simón y hielo.
Los acusados en ningún caso negaron los hechos en su declaración ante el juez pero en su defensa dijeron que “nuestra empresa lo que buscaba era ofrecer una experiencia lo más real posible de la España que estamos viviendo ahora. ¿Quién puede decir que un botellón no es algo típico español?”.
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