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En la madrugada del pasado lunes, la alarma silenciosa de una establecimiento de Segovia se activaba dando aviso tanto al propietario como a la Sala de Policía Local, llegando al lugar instantes después.
Tras confirmar que la puerta de acceso al bar se encontraba forzada, los agentes accedieron al mismo en compañía del propietario informando que una de las cámaras frigoríficas se encontraba abierta. Continuando con las labores de inspección en el resto de estancias, llegaron al aseo en donde vieron a un hombre agazapado y con las manos en alto «lo siento, no he robado, es que me cagaba mucho y por no hacerlo en la calle he entrado al bar». Tras ser invitado a salir del local, los agentes observaron según relataron con posterioridad, que el individuo andaba un tanto extraño y con la mano en el culo, intuyendo esto que escondía algo.
Una vez en dependencias policiales y cacheado, reconoció que llevaba croquetas congeladas en el ano, siendo requerido para evacuar y saliendo hasta 9. «Era para esconder las pruebas y no me detuvieran, se las devuelvo al dueño y solucionado, o qué?!».
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