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El Hospital San Juan Ballesta de Madrid sufrió ayer un pequeño percance que por suerte sólo se quedó en un susto sin heridos ni contagiados, que se sepa de momento: “Salimos todos corriendo al oír que el pedo procedía de un hombre que tenía COVID19”, aseguró un testigo. “Olía a virus que tiraba para atrás”.
Eran las 18:30 horas cuando la sala de espera tuvo que ser evacuada por culpa de la ventosidad de un paciente con Coronavirus. Arturo, de 52 años, esperaba sentado su turno para ser atendido, y no pudo contenerse las ganas porque había comido alubias con chorizo y morcilla: “Intenté por todos los medios aguantarme pero estaba a punto de explotar”, afirmó.
Varios enfermeros que presenciaron los hechos y sólo llevaban puesta una mascarilla quirúrgica, tuvieron que ponerse también los EPIS debido al fuerte olor y la intensidad del cuesco: “Era muy peligroso, los gases entran por la nariz y el contagio es directo. Menos mal que actuamos con rapidez”.
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