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Esta semana ha sido expedientado un ginecólogo alicantino tras negarse en rotundo a reconocer vaginalmente a una paciente porque no se había depilado «convenientemente».
Ramón D. es un joven ginecólogo que afrontaba esta semana sus primeras horas como ginecólogo recién doctorado «empecé mi experiencia laboral con mucha ilusión, he estado muchos años estudiando duro para conseguirlo y por fin comenzaba a pasar consulta». Pero según parece toda esa ilusión se vino abajo con una de sus primeras pacientes «llevo unos cuantos meses con picores y por fin me decidí a acudir a un profesional, su juventud no me dio mucha confianza pero bueno, no creo que le hayan regalado su título».
Después de una breve entrevista, la paciente pasó al potro para ser inspeccionada «en cuanto entré me quede asustado, no había visto tanto pelo en mi vida, no me atrevía a tocar eso ni con un palo, y nunca mejor dicho», así que echó a la paciente y le pidió que no volviese hasta estar bien depilada. «En todos los libros y en los maniquís de prácticas aparecen vaginas rasuradas, como iba a saber yo que eso no era lo reglamentario» se justifica el joven ginecólogo.
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