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Un hombre fue expulsado de un hospital de Barcelona después de que uno de los médicos detectara que era la sexta vez en un día que acudía, sin motivo alguno, a que le practicaran un tacto rectal. Al parecer, el paciente, según confesaría más tarde, ya habría procedido de un modo similar en otros centros hospitalarios de la ciudad.
Los hechos acaecieron el pasado viernes. La actuación del hombre dejó a la vista un plan preconcebido. El paciente, que tenía cita para someterse a un tacto rectal, acudía tras la prueba a una ventanilla en la que manifestaba a la persona que le atendía, que había ido al servicio y se le había pasado el turno. De este modo conseguía una nueva cita y, por ende, era sometido a un nuevo tacto rectal. Dado que en el hospital hay hasta cinco salas que practican la prueba de forma simultánea, resultó complicado detectar esta forma de proceder. Fue el facultativo que le atendió por sexta vez el que se percató de algo extraño: «Tenía el ano que parecía el bolsillo de Doraemon».
Tras charlar con varios compañeros, el médico en cuestión solicitó la presencia de la seguridad del hospital que procedió a expulsar al hombre. Éste se mostró indignado y explicó que lo había hecho por prevención más que nada.
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