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Los hechos tuvieron lugar ayer por la tarde en la playa de Benicort (Mallorca) cuando Adolfo, asturiano de 42 años, se disponía a darse el primer baño de la temporada de verano. Recién llegado del norte de España y deseoso de sol y agua templada, sin deshacer las maletas se fue directo a la playa, pero allí le esperaba una desagradable sorpresa.
Nada más poner el primer pie en la playa un socorrista se abalanzó sobre él con una toalla y le tapó todo el dorso: “Me llevé un susto tremendo, pensé que me secuestraban. Me dijo que donde iba con ese color de piel, que parecía el fantasma de Iniesta”.
El socorrista en cuestión, un joven musculado y bastante moreno de 25 años que se toma muy en serio su trabajo, ha declarado lo siguiente: “Le tuve que invitar a que se fuera porque estaba dando mala imagen a mi playa con ese color de piel”.
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