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Hacienda ya anuncia la bienvenida de otro nuevo año recordando a los contribuyentes que hay que declarar todos los regalos recibidos en las Bodas, desde dinero a una Play Station.
Si el pastel de la celebración de boda es importante, es evidente que Hacienda también quiere «su trozo de pastel». Dependiendo si el regalo procede de un familiar o amigo, habrá que declarar una cosa u otra. Está claro que recibir 150 o 200 euros de regalo, es considerado como una donación, por lo tanto es obligatorio tributar en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Hecha la ley, echa la trampa, lejos de hacer ingresos o transferencias bancarias, los novios invitarán a familiares y amigos a ver su nueva casita y exigirán el regalo en B.
«Voy a declarar una mierda pa ellos, ¿es que Hacienda me va a pagar a mi el menú o la barra libre en la Boda? Que declare el cura la voluntad obligatoria que le hemos pagado» ha sido alguno de los comentarios tras la encuesta realizada entre próximos contrayentes.
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