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La Policía recibe todo tipo de denuncias pero en los últimos días ha destacado una realizada en un pueblo de Badajoz por un menor de edad. El joven en cuestión quería denunciar a su abuela por obligarle a comer lentejas en pleno verano.
Los agentes atendieron al niño como a cualquier ciudadano pero se sorprendieron al escuchar sus quejas «al ver a un niño en comisaria siempre pensamos lo peor, pero cuando nos contó el motivo de su denuncia no pudimos evitar alguna carcajada». Tras explicarle que su denuncia no era legal lo acompañaron a casa y hablaron amablemente con su abuela «le explicamos lo sucedido y le pedimos que por favor estas cosas las solucionen en casa».
El niño no se quedó para nada satisfecho y horas después publicó una foto con las lentejas en todas sus redes sociales explicando «la injusticia que estoy viviendo, mi abuela me pone lentejas en verano y me siento indefenso, la Policía no ha querido realizar su trabajo, por favor que alguien me ayude con este infierno».
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