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La sorprendente noticia ha sido comunicada a la prensa a la vez que se han comenzado con las primeras instalaciones de estos controles de alcoholemia automatizados.
Según ha informado Alberto Bermúdez, director de comunicación de la DGT, llevan años pensando en este asunto ya que con la utilización de agentes es imposible controlar a todos los conductores. Con esta necesidad, y viendo lo bien que funcionan los peajes en las autopistas, se propuso instalar en las principales vías españolas unas estructuras parecidas pero con máquinas para soplar en lugar de cajeros para pagar. La medida ha sorprendido a la comunidad de conductores ya que, según alegan muchos, esto ralentizará los desplazamientos por carretera.
“Además, ¿quién asegura que las máquinas no fallen? Si doy falso positivo ¿como podré abrir la barrera?” son algunas de las preguntas que se hacen los conductores. Alberto ha asegurado que todas las problemáticas han sido contempladas y el sistema se normalizará a los pocos meses de su implantación.
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