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Anselmo L.R., vecino de 78 años de la localidad madrileña de Alcobendas, ingresó con un amago de infarto en el Hospital de San Carlos en la mañana de ayer. Hasta aquí todo normal, lo curioso vino cuando al darle el alta, y solicitar una ambulancia para que lo llevara de vuelta a su domicilio, el jubilado pidió al conductor que lo llevara a un conocido puticlub de la zona.
Al parecer, a nuestro protagonista le sobrevino el amago de infarto mientras estaba de visita en dicho local, y no estaba dispuesto a que nada terminara con la fiesta que nada más acababa de empezar con una camarera del lugar. Finalmente, y a pesar de la insistencia de Anselmo, que incluso prometió invitar al conductor a unas copitas «y lo que quisiera», el desplazamiento lo tuvo que realizar en taxi.
«Le indicamos al paciente que tenía que guardar cama, pero no de la que él buscaba, pero ante la insistencia en volver al club, lo único que pudimos hacer fue negarle el traslado en ambulancia», comenta el facultativo que lo trató y le dio el alta. «Al final era un sustito de nada, y la viagra seguía haciendo efecto, así que yo lo que quería era seguir disfrutando, que la vida son dos días», explicaba nuestro fogoso abuelo.
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