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El ahorro que supone utilizar un coche eléctrico parece no haber sido tal para Rafael, un usuario que recibió una factura de la compañía eléctrica de más de 2.000 euros tras haber cargado su vehículo en un enchufe de su domicilio.
Rafael adquirió un coche eléctrico un mes atrás, auspiciado por los consejos de su cuñado que le aseguró que se podía cargar en casa por un par de euros. Tras varios intentos en los que el diferencial del cuadro eléctrico saltó, finalmente consiguió conectar el vehículo con un alargador al enchufe de la mesita de noche. Rápidamente la carga estaba completa pero la sorpresa por llegar. Al ver la factura, Rafael telefoneó a su cuñado. «Me dijo que es lo que le había dicho en el bar el primo de uno que estuvo a punto de comprarse uno eléctrico». En la compañía de la luz se limitaron a felicitarle por ser el mejor cliente del mes, prometiéndole que le mandarían un jamón a final de año si seguía así.
Con el disgusto en el cuerpo, el hombre ha decidido apagar todos los dispositivos eléctricos de su hogar. Ahora se las apaña con cirios y cocinas de camping gas.
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