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Una pareja de jóvenes sevillanos sufrió un doloroso percance este pasado fin de semana mientras pasaban una noche romántica acampados en la Sierra de Grazalema, en la provincia de Cádiz. Lo que iba a ser una noche de pasión y lujuria en un marco incomparable en plena naturaleza, se convirtió en una pesadilla que terminó con los dos en urgencias de un Hospital de la Serranía de Ronda.
Todo comenzó cuando decidieron introducir en sus juegos y caricias unos geles de placer que tanto se anuncian y están tan de moda ahora en los preliminares amatorios de la práctica totalidad de parejas de amantes en este país. Cuando estaban masajeándose, empezaron a escuchar un zumbido que venía del exterior, y enseguida la tienda de campaña se llenó de miles de abejas que les provocaron decenas de picaduras. Como pudieron, montaron en su coche y fueron al hospital más cercano.
«Aquí llegaron los pobres que no tenían un centímetro de piel sin picaduras», comenta el celador que los recibió. «La parte más afectada eran las nalgas y espaldas, se ve que los pillaron juntitos de frente, y por delante tenían picaduras pero menos», explicaba el doctor que los atendió, añadiendo «lo único que no tenía picaduras era el pene del muchacho».
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