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Un varón de cuarenta y cinco años ha sido detenido en Barcelona por dos delitos, uno de suplantación de identidad y otro contra la intimidad sexual. Al parecer, el hombre llevaba cerca de veinte años disfrazándose de enfermero con la única intención de colarse en las consultas de ginecología de un hospital de la ciudad para contemplar las partes íntimas de las pacientes.
Parece increíble que el engaño no haya sido descubierto hasta ahora, pero lo cierto es que el detenido era trabajador del hospital, concretamente del área de mantenimiento, por lo que su rostro era habitual entre el personal médico. Además, hay que tener en cuenta que el hombre podía acceder a todo el edificio, incluyendo las zonas restringida. El modus operandi, según él mismo confesó en dependencias policiales, era aguardar en la sala de espera de ginecología y cuando una mujer joven entraba a una revisión, él accedía pasados unos minutos con el pretexto de que había olvidado unos documentos en el interior. El engaño finalizó después de que fuera su propia cuñada quien lo descubriera simulando ser un sanitario, hecho que también le ha costado el divorcio. «Estaba con las piernas más abiertas que un bazar chino cuando entró el fulano diciendo ser enfermero. De enfermero nada, tu eres electricista, y de los malos».
El hombre fue denunciado y detenido a las pocas horas, confesando con todo lujo de detalles y mostrándose arrepentido. Cariacontecido, se limitó «me gustan los higos», a preguntas de los periodistas.
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