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Un cliente tuvo que ser desalojado de un bar de carretera en la provincia de Almería al pedir a la chica con la que iba a subir a una habitación que pagara sus copas. La muchacha y el camarero no daban crédito, pensaron que era una broma, pero el hombre insistía en pagar sólo la mitad de la cuenta.
Para evitar males mayores, y que se formara una trifulca en el local, los responsables del establecimiento invitaron al hombre a irse a su casa. Después de un rato razonando con él, consiguieron que se marchase. Eso sí, las copas corrieron por cuenta de la casa.
«A mí me parece muy bien que me cobren por los servicios prestados, la habitación o lo que quieran, pero lo que ella se beba, que se lo pague ella, que no soy el novio», comentaba en la puerta del local. «Yo sólo quería echar un ratito con la muchacha en una habitación, y ella nada más que sabía pedir benjamines de cava, que luego dejaba a la mitad. Y baratos no los cobran ahí, ojo», apostilló.
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