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Los hoteleros de la localidad mallorquina de Magaluf han empezado a tomar medidas para paliar, en la medida de lo posible, los efectos del denominado «balconing» entre los jovenes británicos que frecuentan sus establecimientos. La primera de ellas, y más contundente, es la colocación de redes de seguridad, con las que pretenden evitar que los chicos sigan arrojándose a la piscina desde los balcones interiores.
Los sistemas de seguridad utilizados en el sector de la construcción han servido de inspiración a los directores de establecimientos hoteleros de esta ciudad mediterránea, hartos de ver como las gamberradas de los adolescentes británicos, lejos de disminuir, parece que van en aumento y entre ellas esta práctica que además de provocar graves accidentes, dan una mala imagen que ahuyenta a nuevos turistas.
«Ya estábamos cansados de ver a los niñatos borrachos tirándose a la piscina desde cualquier planta, así que pensamos varios métodos, y este es el que nos pareció más efectivo», nos comenta un empresario de la zona. «Aunque ponemos las redes, se siguen tirando, pero con la borrachera se suelen quedar fritos al caer en ellas, y ya cuando despiertan por la mañana salen por cualquier habitación de la primera planta», apostilla.
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