Luis Enrique, la mejor elección a pesar de las críticas

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Mucho se ha hablado sobre la llegada de Luis Enrique al combinado español después del irregular desempeño del mismo en la última Copa del Mundo. El técnico asturiano, ya de 48 años, ha llegado para asumir lo que para mucho es visto como un temor a simple vista o un error de la Real Federación Española de Fútbol: el cambio o alteración modelo de juego de La Roja.

 

Y es que para muchos periodistas (de todo tipo dentro del territorio) el ex del Barcelona no es el hombre adecuado para recomponer a un grupo sin rumbo fijo después de la salida de emblemas como Andrés Iniesta y sin una idea efectiva de juego como lo es el “Tiki-Taka”, un gran prototipo, estilo de juego enseñado por Josep Guardiola en el FC Barcelona en el 2008 y adaptada por Luis Aragonés y Vicente del Bosque al plantel nacional, que tuvo como consecuencia para el país hispano la etapa más exitosa a nivel futbolístico de su historia con dos Eurocopas y su primer Mundial de fútbol.

 

A pesar de esto, esta pauta de juego donde prevalecen componentes como la tenencia de balón, los pases filtrados y la recuperación rápida ha sido bien analizada por rivales de altura y equipos en ascenso, creando sistemas y tácticas que permiten anular la efectividad del mismo y teniendo como resultado horas de hastío y de paso lento, donde la pelota circula sin sentido y los remates al arco se vuelven milagrosos.

 

Después de la salida de Guardiola del conjunto catalán el equipo quiso mantener su filosofía a partir del mismo cuerpo técnico, presidido por el recordado Tito Villanova y más adelante por Gerardo “Tata” Martino. El resultado: el equipo no volvió a conseguir el ansiado triplete que había gestado en la época más excepcional del club, resaltado para muchos oro el mejor equipo de la historia del fútbol europeo.

 

Más adelante, llegaría “Lucho” a asumir los mandos de la entidad culé y a partir de fichajes como Neymar, Luis Suárez y el apoyo del mejor Leo Messi la cuadrilla volvió a conseguir el ansiado triplete, derrotando a todas las potencias de la actualidad como Bayern Múnich, Manchester City, París Saint Germain y Juventus en la final. Lo más impresionante de esto no fueron los títulos conseguidos por Luis Enrique al mando del Barcelona, sino el traslado de juego del mediocampo a un sistema más vertical, incorporando el juego aéreo y generando una máquina goleadora que se conoció como la MSN.

 

Lo anterior se tradujo para Luis en nueve títulos durante tres años, reconocimiento internacional como mejor entrenador (según la IFFHS) y el premio en 2015 por la LFP del mejor entrenador del año.

 

Con todo esto dicho, todo parece indicar que el camino correcto a recorrer por la RFEF ha dado un paso correcto en la elección del medallista olímpico del 92, capaz de encarar una etapa de transición que sea exitosa para una camarilla de jugadores jóvenes prometedores, partícipes de las mejores ligas del mundo que puedan defender los colores de la selección quizá alcanzar la gloria en un corto plazo.