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Una mujer de avanzada edad fue ayer atendida en un centro de salud con preocupantes síntomas alucinógenos y de evidente pérdida del sentido de la realidad. Reía y lloraba, pensaba que la perseguían, intentaba agredir a los enfermos.
Tras el estudio correspondiente se llegó a la conclusión que había ingerido algún tipo de droga. En principio su hija negó que eso fuera posible, ya que su madre no había tomado drogas en toda su vida. Sin embargo, su nerviosismo hizo sospechar a los médicos que llamaron a la policía. Una vez allí y tras el interrogatorio correspondiente la chica se derrumbó y confesó que las magdalenas las había preparado su novio para ellos, pero que las dejó por error en la cocina y su madre se tomó una con el café, y que tras unos minutos empezó a reírse con todo lo que salía en la tele, a hablar con la pared, a orinar en la maceta y a intentar salir volando por la ventana, momento en el cual comprendieron que la cosa era grave y la llevaron al hospital.
La policía fue inmediatamente a detener al novio de la chica y confiscar el resto de magdalenas y de marihuana. Está por decidir aún cuanto de cierto hay en eso de que “las dejó por error en la cocina” y no se trata de alguna venganza por la mala relación con su suegra.
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