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Todo iba bien en lo que parecía iba a ser el día más importante en la vida de una pareja de recién casados de la localidad malagueña de Fuengirola. Pero todo iba a cambiar, y es que cuando llegaban al banquete después de una sesión de fotos en el castillo Sohail, el vigilante que estaba en la puerta no les dejaba acceder al no aparecer sus nombres en la lista de invitados.
Al principio, los novios pensaban que se trataba de una broma, pero con el tiempo tomaron consciencia de lo serio de la situación. No hubo forma de convencer al portero, que con gran celo profesional impedía que se le colaran esos dos extraños.
«A mí me han dicho que sólo entren los que estén en la lista, y ellos no están. Luego vienen las broncas, así que conmigo en la puerta no iban a pasar», declaró el trabajador. «No ha habido manera, decía que nos podríamos haber disfrazado para colarnos, que la gente podía estar compinchada con nosotros,… de todo. Hasta que terminó su turno no pudimos entrar, a tiempo de cortar la tarta», se lamentaba la novia.
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