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Jacinto, sevillano de 38 años, está desesperado. Su corazón ha llegado al límite de la presión y ya no soporta más sustos. A los 12 años sufrió su primera fractura de grado I en el colegio, con la chica más guapa de clase, cuando ésta escribió en la pizarra y en mayúscula que le daba mucho asco. Esa herida todavía no ha cicatrizado.
Desde entonces, y hasta día de hoy, todas las mujeres con las que ha estado le han traicionado de una forma u otra. Demasiadas calabazas para un corazón tan puro y delicado. Hace 3 años le diagnosticaron arritmias, un trastorno de frecuencia cardiaca que le provoca taquicardias y le impide vivir con emoción los acontecimientos. Jacinto necesita un trasplante y hoy se ha presentado en urgencias para exigirlo:
“No puedo mas. Solicito un trasplante de corazón inmediato. He sufrido mucho. Lo tengo hecho trizas. ¿Estas cosas no las cubre la Seguridad Social?”
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