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Un conocido Premio Nobel de la Paz, el mexicano Ramón Castillo se vio involucrado la pasada semana en un feo incidente a altas horas de la madrugada en la discoteca La Última. Al parecer, un joven pasó por su lado y sin querer le empujó con el brazo tirándole la copa al suelo, a los pies de su acompañante femenina. Según testigos presenciales, sin mediar palabra alguna, el famoso premiado la emprendió a golpes con el joven, y con sus amigos que fueron corriendo a socorrerle. Todo terminó en una auténtica batalla campal y la discoteca destrozada.
Este hecho a formado un gran revuelo en todo el mundo, ya que no parece digno de alguien que ha recibido semejante galardón en nombre de la paz, resolver la más mínima diferencia a golpe de puñetazo. Las redes sociales comienzan a hervir solicitando la disculpa del sujeto y la devolución de un premio que a todas luces no merece.
Ramón Castillo, por su parte, ha respondido en su twitter a partir de las innumerables muestras de desacuerdo con su comportamiento, contestando que «el Nobel de la Paz es mío y el que no esté de acuerdo que venga a decírmelo a la cara que aquí lo espero»
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