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La controvertida decisión ha tenido lugar en una hermandad salmantina, le ha sido prohibido a un nazareno procesionar descalzo debido al intenso olor que desprenden sus pies.
Al parecer el nazareno en cuestión ha tenido problemas con sus pies durante toda la vida «cuando jugaba a baloncesto el entrenador habilitó un cuarto para cambiarme yo solo, decía que el olor a queso podrido bajaba la moral del equipo». Aunque lleva saliendo de procesión varios años, este era su primer intento para hacer la penitencia descalzo «le pedí al Señor que el Madrid ganase la duodécima Champions y mi deseo se cumplió, así que tengo que intentar compensarle, sobre todo porque este año está jugando peor el equipo de mis amores y necesitaré más ayuda».
El Hermano Mayor de la cofradía se negó en rotundo «ya hemos sufrido algún cambio de calzado a la hora de ponerse la túnica y es insoportable, si sale así a la calle la gente se nos puede echar encima y a los pobres hermanos que les toque cerca ni te cuento, eso si que sería una penitencia extra para ellos».
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