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Hoy en día el «Sí quiero» nos cuesta un ojo de la cara y más si es el de 6 invitaciones de boda que nos han entregado esta primera- verano. «Hombre, muchas gracias, qué sorpresa, por fin os casáis» es lo que solemos decir disimulando esa misma sensación que cuando recibimos una notificación de multa sorpresa de radar.
Todo lo contrario a una multa es lo que ha sucedido en un municipio de Cádiz cuando el ingenioso invitado, receptor de una bonita invitación junto a la dichosa tarjetita no tuvo otra idea que la de aprovechar ese número de cuenta y junto con los datos del contrayente se personó en el Banco «mi amigo está muy liado con los preparativos de la boda y le estoy echando una mano, me ha dicho que le domicilie el agua y la luz de esta vivienda». Tras dar el visto bueno erróneamente el empleado de la entidad, llevó a cabo tal domiciliación.
La supuesta broma no debe haberle sentado muy bien a los Novios, teniendo que anular dicha cuenta bancaria con suma inmediatez al recibir una notificación al respecto.
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