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El hecho de pegar mocos debajo de una mesa es un acto más que conocido, por supuesto reprochable e incívico, llevado a cabo sobre todo por niños en edad escolar, convirtiendo los pupitres en verdaderos secaderos de mocos entre algún chicle que cuenta con varios trienios.
Lo ocurrido en un colegio publico en la provincia de Albacete ha superado todas las expectativas imaginables. Fue la semana pasada cuando un docente advirtió como un niño de 7 años, urgaba su nariz y a posteriori se desprendía de un moco disimuladamente bajo su propia mesa. Ante tales hechos, obligó a toda la clase a voltear los pupitres y sillas llamando de inmediato al director del Centro. Tras voltear los pupitres y mesas de todo el colegio, comprobaron que había que tomar medidas, llamando a una empresa de limpieza.
«Hemos recogido más de 27 kilos de mocos y algún chicle, lo peor ha sido que también había mocos a manta debajo de las mesas de los maestros».
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