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Aunque la ley dice que los peatones siempre tienen preferencia en los pasos de cebra frente a los vehículos, una práctica cada vez más habitual es que éstos se paren en mitad y les den el paso como si fueran agentes de movilidad y como si la prisa no fuera con ellos. Un grave error que en ocasiones puede dar lugar a confusiones y pérdidas de tiempo innecesarias, como lo ocurrido ayer en Oviedo.
Un conductor fue sancionado la tarde de ayer tras pasarse tres horas parado en un paso de cebra esperando a que un peatón cruzara, provocando una cola interminable de coches y la crispación de los allí presentes. Según el conductor implicado se encontraba parado porque el peatón no se decidía a pasar nunca: “El hombre estaba quieto pero tenía cara e intención de cruzar en cualquier momento. No me preguntes por qué pero al final nunca cruzaba”.
Cuando la Guardia Civil se personó en el lugar de los hechos lo primero que hizo fue obligar al conductor a que estacionara su vehículo en un lugar apartado para regular el tráfico. Una vez todo había vuelto a la normalidad y tras interrogarle se percató de que en el paso de peatones no había nadie. Al parecer el conductor no se había puesto las gafas y confundió a una estatua con el presunto peatón.
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