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Los hechos tuvieron lugar ayer en un vuelo de la aerolínea RyanGiggs, una empresa de bajo coste que opera en España desde hace poco más de un mes. Un joven que viajaba desde Madrid con destino a Ibiza se tomó 12 cubatas a bordo, empezando la fiesta antes de tiempo y queriendo huir sin pagar: “Nos preguntó varias veces donde estaba la salida. Pensábamos que bromeaba”.
Pero el joven hablaba muy en serio. A mitad de vuelo, y cuando las azafatas estaban despistadas, el muchacho se acercó a la salida de emergencia e intentó abrirla, bajo la atenta mirada de pánico del resto de pasajeros: “Venía dispuesto a tirarse. Me dijo que no quería pagar las copas porque era garrafón. Casi me da infarto”, afirmó una pasajera que estaba sentada junto a la puerta de emergencia”.
Por suerte, el joven fue reducido a tiempo por un grupo de jugadores de rugby que viajaban a la isla a jugar un torneo. El susto se quedó sólo en eso, una mera anécdota que contar a sus nietos.
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