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Un joven sevillano fue multado ayer por la tarde en un control de alcoholemia tras dar positivo, aunque la culpa parece ser de su extremada glotonería, ya que afirmó no haber bebido nada pero haberse comido 12 torrijas de vino.
Jamás pensó este joven goloso que su afición a los dulces podría traerle problemas con las autoridades «estoy gordito pero me da igual, me encanta la repostería, comerla, no hacerla, pero esta vez he ido demasiado lejos, aunque no era consciente de mi infracción». Según parece el joven ingirió 12 torrijas en casa de su abuela «están espectaculares, no podía parar y es cierto que estaban un poco fuertes esta vez, pero me dio igual, el azúcar y la miel lo tapan todo».
Al volver a su casa lo pararon en un control de alcoholemia «es verdad que me notaba raro, pero el subidón de azúcar eclipsaba los efectos etílicos e iba conduciendo tranquilamente, por desgracia el alcoholímetro no miente y di positivo». Aunque no había bebido nada fue multado de igual forma y le recomendaron tener cuidado con este tipo de productos «ya hemos tenido casos similares con roscos de anís» le informó uno de los agentes.
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