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Miguel Ángel, santanderino de 35 años, ha tomado la decisión más difícil de su vida después de meditarlo fríamente y no encontrar otra solución al respecto: “Eran mis dedos o yo, y mi paciencia tiene un límite. Buen viaje amigos, nunca mas volveréis a joderme la vida”, argumentó el protagonista con cara de satisfacción.
Después de muchos años dejándose la piel y los huesos, literalmente, contra las esquinas de cualquier mueble u objeto que se cruzaba en su camino, Miguel Ángel decidió ayer cortarse los dos dedos meñiques de los pies para siempre. Una operación arriesgada que esperemos no le pase factura.
El veterinario que llevó a cabo la mutilación dice estar muy satisfecho con el resultado y espera que Miguel Ángel sólo sea el primero de muchos otros pacientes: “Hasta ahora sólo había trabajado con perros y gatos, me ha gustado la experiencia, ha sido como más real”.
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