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Manuel C. R., santanderino de 39 años de edad, ha tomado la drástica decisión de pedir el divorcio a su mujer, al no saber qué regalarle este año por San Valentín.
Nuestro protagonista no ha encontrado otra salida a la situación. «Es mucha presión», nos comenta, «hace apenas un mes que han pasado los Reyes, y ahora no encuentro nada adecuado para ella». Según confiesa, «es tal la presión a la que me veo sometido, que apenas duermo, y estoy empezando a perder pelo. Y aunque encontrara algo a última hora, su cumpleaños es el 2 de marzo, y nuestro aniversario de bodas, el 18. Sé que no voy a cumplir sus expectativas».
Por su parte, Margarita, su ex, nos cuenta que «he aceptado su petición de divorcio, porque cada vez que tiene que hacerme un regalo es la misma historia. Ya intentó el año pasado regalarme unos cupones con vales por abrazos, besos y tonterías de esas, y lo tuve que mandar dos noches al sofá. Yo no soy materialista, pero si no va a dar la talla, mejor que nos separemos».
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