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Tremendo susto el que se llevó ayer el público asistente a una de las procesiones de Semana Santa de Sevilla. Un momento de pasión y arte estuvo a punto de convertirse en tragedia cuando un saetero, que se encontraba cantando con la máxima emoción, se inclinó tanto y era tanta su entrega que perdió el equilibrio y se precipitó al vacío.
Afortunadamente debajo suya había gente que pudo reaccionar y entre todos frenaron la caída como pudieron. Tras la llamada a los servicios sanitarios se pudo refrendar que el cantante se encontraba bien y sin daños de gravedad, por lo que todo acabó en un susto.
Una vez levantado del suelo se llevó la ovación de la noche del público que allí aún seguía interesado en conocer su estado. «¡Otra, otra!», le pidieron una y otra vez hasta que no pudo negarse y se arrancó de nuevo, eso sí, esta vez en tierra firme.
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