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¿Quién no conoce la famosa frase de «salimos pero de tranqui»? Pues eso le debió suceder este pasado viernes a un vecino de Pamplona cuando salió a tomar una caña al bar de al lado de casa y 6 horas después se había gastado 2.000 euros.
Parece ser, que a este hombre de 43 años de edad, se le fue complicando la velada y tras pasar la noche en un puticlub de la zona con varias chicas en el yacuzzi y con bebidas caras, cuando se dio cuenta, había gastado 2.000 euros sin encontrar explicación alguna para justificar ese gasto ante su señora. Tras pintarse un ojo de morado, regresó a casa informando que había sido atracado obligandolo a sacar dinero, habiendo recibido varios golpes.
Su plan estaba funcionando hasta que en dependencias de Guardia Civil y denunciando los hechos en compañía de su mujer, un calefactor apuntando hacia él, hizo que la pintura del ojo se derritiera llegando a la barbilla anulando la denuncia tras ser descubierto. «En cuanto me bebo una cerveza me salta el automático, soy un desgraciao» comentaba entre sollozos.
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